Los problemas que con mayor frecuencia llegan a mi consulta (www.psicologamarmilla.com) están relacionados con la angustia, la ansiedad, la inseguridad, los miedos y las fobias. Y en muchos de estos casos, estos síntomas actuales de mis pacientes están relacionadas con vivencias traumáticas experimentadas en algún momento de su vida, muy especialmente en la infancia. Con frecuencia me piden “remedios” rápidos y fáciles, esto no existe en psicología, sería magia. Pero si que desde el EMDR les podemos ofrecer una técnica sencilla y fácil de aprender y aplicar que, por mi experiencia, alivia a un porcentaje muy alto de mis pacientes.
El “Abrazo de la mariposa” es una técnica muy fácil y accesible tanto para el terapeuta como para la persona que solo busca una técnica que le permita relajarse de manera sencilla, es ideal para aquellas personas que les cuesta mucho iniciarse en técnicas de relajación más precisas, con un aprendizaje previo y donde necesitan más tiempo para su aplicación. Esta técnica también resulta muy útil para desbloquear sentimientos, recuerdos y/o pensamientos destructivos de nuestra vida.
La técnica fue desarrollada por la psicóloga y terapeuta EMDR Lucina Artigas. Lucina trabajo en Acapulco, Guerrero (México), especialente con menores que se encontraban solos después del huracán Paulina en 1997. Consiguió a aliviar el miedo y la angustia a los supervivientes, de una manera sencilla y fácil de aplicar a un grupo. Por la creación y el desarrollo del Abrazo de la Mariposa, a Lucina Artigas se le otorgó el el Premio a la Innovación Creativa de la EMDR International Association (EMDRIA), en el año 2000.
El abrazo de la mariposa es una técnica de estimulación bilateral. Es decir, mediante tapping (toquecitos) se estimula el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho por lo produce un efecto de liberación de la tensión y relajación. Recomiendo a mis pacientes que la practiquen todos los días ya que, como cualquier otro hábito, si lo tenemos automatizado nos será más fácil servirnos de él en situaciones difíciles. Se puede practicar tanto sentado como acostado, e incluso de pie. Asegúrate de contar con 15 minutos por delante, solo, para poder practicar con armonía.
La técnica en si es sencilla, consiste en cruzar los brazos sobre el pecho. La punta del dedo medio de cada mano debe de quedar bajo la clavícula y el resto de los dedos y la mano deben de cubrir el área que se encuentra debajo de la unión de la clavícula con el hombro y de la clavícula con el esternón, para ello, mano y dedos deben de estar lo más verticalmente posible (los dedos dirigidos hacia el cuello y no hacia los brazos). Una vez hecho esto, se pueden entrelazar los dedos pulgares (formando el cuerpo de la mariposa) y los otros dedos formarán sus alas. Ahora de manera alternativa mueves una mano y otra, dando pequeños golpecitos con los dedos en la clavícula.
Esto es si mismo ya resulta equilibrador, pero te ofrezco dos variantes a utilizar:
Concéntrate en tu respiración hasta que sea lenta y profunda. No es necesario que retengas el aire, la respiración tiene que ser fluida, a tu ritmo, y lo tienes que mantener durante todo el proceso. Ahora enfoca tu mente en una situación que te genera malestar. Cuando lo tengas… Inicias el tapping, es decir, golpea suavemente con las yemas de tus dedos primero en un lado y luego en el otro (los dos a la vez no).
Permanece unos minutos centrándote en el problema y haciendo tapping. Cuando lo consideres oportuno analiza como te sientes. Puedes medir la intensidad de 0-10, antes de iniciar el tapping y otra vez después.
Repite el proceso si todavía queda algún tipo de malestar o si en el proceso ha surgido otro diferente.
Concéntrate en tu respiración, que sea lenta y profunda. Visualiza un lugar, real o imaginario, en el que te sientas bien, en calma. Ahora mantén la imagen, intentando hacerla lo más real posible, recorriendo todos los sentidos, e inicia el tapping.
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